Factor - X , historia de una colección.
Ayer terminé el último número de Factor-X, que en España fue el 39, siendo este el 149 USA.
Y no quisiera dejar pasar esto sin hacer un comentario sobre dicha colección.
Factor X fue , en el momento de su aparición, uno de los acontecimientos más esperados de todos los tiempos por los aficionados mutantes.
Los componentes de la Patrulla-X original volvían a reagruparse como grupo independiente a raiz de la resurrección ( o mejor deberíamos decir reaparición) de Jean Grey tras los acontecimientos de Fenix Oscuro.
Algunos estábamos hasta medio nerviosos al abrir aquel ansiado número 1, tras todos los comentarios que poco a poco se nos habían ido colando en los correos y los distitintos flash que habíamos visto en la Patrulla-X, pues recordemos que las colecciones, en aquel momento (como ahora...) no estaban puestas en sincronía para su lectura.
Guionizada por Bob Layton y dibujada por Jackson Guyce la colección no tardó en defraudarnos, teniendo en cuenta las esperanzas que nos había creado.
Lo único memorable de esos primeros cinco números es la aparición de un villano de repercusión trascendental en el futuro de los mutantes: Apocalipsis.
Estamos hablando del típico caso de personaje que supera, sin duda, las espectativas de futuro de los creadores iniciales, como ha pasado con otros tantos.
A partir del número cinco, y por fortuna, el guiónista cambia, para pasar a las acertadas manos de Louise Simonson e incorporándose muy poco despues su marido Walter Simonson.
El tamdem formado por estos dos artistas lleva a la colección a su primera época de esplendor, justo a tiempo para darle a la Masacre Mutante la resonancia que se merecía.
La amputación de las alas de el Ángel, la creación de La Verdad, dirigida por el traidor Cameron Hodgde, la conversión del Ángel en el jinete de Apocalipsis conocido como Muerte, el desarrollo de la personalidad básica del propio Apocalipsis, etc son , sin duda, momentos estelares no solo de esta serie, si no de toda la iconografia mutante.
Esta excelencia entre guiones y dibujo ( ¿fruto de la química matrimonial, quizá?) duró hasta el número 39.
En ese momento Paul Smiht sustituye a Simonson (Walter) siendo cuando se desarrola la larguísima saga de La guerra del juicio que, aunque quizá con un argumento un poco manido y ya tratado en otros momentos, tenía cierto encanto.
Tras esto, y con la constante Simonson en los guiones, Bogdanovich ( que defrauda) y Terry Shoemaker ( que ni fu ni fa) pasamos por una etapa de guiones más flojos.
Es con la llegada de Whilce Portacio cuando Louise Simonson nos da otro momento de inflexión para los comics de mutantes: Apocalipsis infecta al hijo de Scott Summers y Madelyne Pryor con un tecnovirus, viéndose Cíclope forzado a enviarlo al futuro en busca de una posible solución y dando así origen a Cable y todo lo que esto conllevaría en un futuro.
Tras esto, y despues de la Saga de la Isla Muir esta colección se restructura totalmente, una vez más.
Si en un principio Factor-X fué concebida como la tapadera bajo la cual los miembros primarios de X-Men actuaban para localizar y proteger mutantes, y dando la imagen contraria, es decir, la de persecutores implacables de amenazas mutis, en la etapa Simonson los cinco miembros del grupo pasaron a ser los únicos con reconocimiento público y cierta simpatía mediática, gracias a su actuación durante La Caida de los Mutantes defendiendo a la ciudad de Nueva York de los ataques de Arcangel y sus compañeros.
Pero el nuevo rumbo de la colección es todavía más drástico.
El cambio de personajes es radical. Aparece una nueva formación integrada por personajes muy conocidos, pero insuficientemente explotados, siendo esa, creo yo, una de las bases de su éxito, dado la posibilidad de actuación que daban al guionista.
Y así lo entendió el enorme Peter David.
Ahora Factor-X trabajaban a servicio y bajo supervisión del gobierno de los mismísimos USA, identificando amenazas de caracter mutante, dando cabida a conspiraciones gubernamentales y tramas enrevesadas en las que nada era lo que parecía ser.
Y, por encima de todo eso, el tono de humor sarcástico inyectado por David consigue que esta sea, en aquel momento y al menos para mi, la colección más destacada no solo ya entre las de mutantes si no entre todo el abanico de publicaciones, ya fuesen del Universo Marvel o de cualquier otro.
En la parte artística, esta ya un poco más controvertida en función del gusto de cada uno, la presencia de Larry Stroman a los lápices consigue devolver al estrambótico conjunto a unos niveles iguales, o superiores, a los conseguidos por la pareja Simonson.
Tras un anecdótico paso de Scott Lobdell ( algunos dirán que por fortuna) es el guionista DeMatteis quien toma el timón, cargándose a Jaime Madrox, infectado con el virus del legado por Peter David ( ¿o debería decir por un mutante Genoshano, jejeje?). Otra epoca irregular y confusa para los Facturados ( como Loki los llamaba en sus correos).
También se refleja esto en el apartado artístico, siendo pocos los dibujantes que duran más de cuatro o cinco números.
La estabilidad se recupera en la parte creativa en el número 122 con otro equipo que dejaría huella: Howard Mackie / Jeff Matsuda , aunque el primero ya guionizaba desde algunos números antes.
Mackie explota hasta los límites las tramas enrevesadas y conspiratorias, constante a partir de entonces y hasta su final en la colección.
Se incorporan a personajes de dudosa moralidad al grupo ( Dientes de Sable, Mística) lo que conduce a una debacle final en manos del primero.
El estilo de Matsuda, que a mi no me entusiasma demasiado, si que parece gustar a buena parte de los aficionados, en pleno furor del "amerimanga", aunque interpretado por Matsuda de una forma muy personal.
Pero la colección se ha desbocado en manos de sus creadores. Las implicaciones de las tramas abiertas: asesinato de Graydon Creed,aparente traición de Kaos y formación por este de la Hermandad, semi disolución del grupo y, lo que sería la saga final, la aparición de los compañeros de Shard en el futuro, lleva a los directivos de Marvel a tomar la decisión de cancelar la colección a la altura del número 150.
Este número, y donde se pretendía cerrar algunos de estos argumentos antes de liquidarla definitivamente para dar paso a su sucesora, Mutante-X, nunca llegó a aparecer, siendo el 149 el último y quedando personajes y situaciones en el aire.
Artísticamente, y si exceptuamos a Duncan Rouleau ( que tampoco es santo de mi devoción, lo siento) es también de baile de dibujantes.
Factor-X termina abruptamente, una lástima, sin un colofón para una colección que durante doce años tuvo dos características principales: momentos increibles y de gran trascendencia, y hablo tanto de lo que a personajes se refiere como a artistas encargados de los mismos, y pasajes totalmente insustanciales en los mismos aspectos.
Pero bueno, eso pasa en todas las colecciones, ¿no?.
4 Comments:
Escribir yo mi comentario y saltar tu texto... Si es que estamos sincronizados ;P
mmm....
Muy buen artículo !!!
Lo cierto es que en sus años de existencia, esta serie tuvo de todo (hasta a ROB!). Yo le guardo especial cariño por eso de que Kaos es mi favorito ^_^ Hace poco compré unos cuantos números que me faltaban del volumen 2, pero no desisto y espero que la reediten pronto! Eso sí, el volumen 2 es un rollazo...
PD: ¿Sabes en qué blog, muy gonito él, que va sobre los mutantes podría ir perfectamente este artículo? ^_______________^ (aunque justo ahora me he dado cuenta de que no estás en la sección principal X_X y no podrías publicarlo allí hasta que te envíe la invitación a participar XD)
Iván, ningún problema.
Puedes copiarlo tu mismo, si quieres, para ponerlo en la Hemeroteca.
Es más, para mi sería todo un honor, faltaría más, jefe.
Encima que colaboro poco en las secciones regulares...
Así que ya sabes, cuando quieras, el artículo está a tu disposición.
Si, factor x era de mis coles favoritas. Juder, eres un crack
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